Ella almacenaba más de una docena de propuestas bajo sus uñas rojas, él seguía colgado de un viejo vagón oxidado. Ella lavaba todos los platos, aún masticando el último bocado. El la miraba. No se daba cuenta...
Me gustaba pensar que la lluvia: barria la malas fotos, que el viento azotaba las camas para dejar un cuerpo brillante ante la luna, enredado a mi cuerpo. Porque el olor a tierra mojada es hermoso respirado entre brazos, mezclado a tu perfume. Saber que el cielo está nublado, porque secuestramos el sol bajo las sábanas- pensaba.
Hoy, que todo llueve en mi, la inundación a tragado tu cuerpo. Tal vez tenga suerte y la corriente también me lleve...